Cuando se trata de construir cualquier estructura, desde una vivienda hasta una nave industrial, todo empieza desde abajo: la cimentación. Elegir el tipo correcto no solo garantiza la estabilidad y seguridad de tu proyecto, sino que también puede significar ahorros importantes a largo plazo.
En este blog, te explicamos los principales tipos de cimentación y cómo tomar una decisión adecuada dependiendo del tipo de construcción, el terreno y otros factores esenciales.
¿Qué es una cimentación?
La cimentación es la base sobre la cual se apoya una construcción en CDMX. Su función principal es distribuir las cargas del edificio hacia el suelo de manera uniforme, asegurando que no haya asentamientos o movimientos que comprometan la estructura. Sin una cimentación adecuada, incluso el diseño más sofisticado puede estar en riesgo.
Tipos de cimentación más comunes
1. Cimentación superficial
También conocida como cimentación directa, se utiliza cuando el suelo superficial tiene buena resistencia. Es común en viviendas y construcciones de uno o dos niveles. Dentro de esta categoría se encuentran:
- Zapatas corridas
- Zapatas aisladas
- Losas de cimentación
¿Cuándo se recomienda?
Cuando el terreno es firme y la estructura no será muy pesada.
2. Cimentación profunda
Este tipo de cimentación se emplea cuando el terreno superficial no tiene la capacidad de carga suficiente, por lo que se necesita alcanzar capas más profundas del suelo. Aquí se incluyen:
- Pilotes
- Pilas
- Caissons (cajones)
¿Cuándo se recomienda?
En suelos blandos, en construcciones de gran altura, o cuando hay riesgo sísmico y se requiere mayor estabilidad.
3. Cimentación semiprofunda
Es una solución intermedia cuando el terreno no es completamente inestable, pero tampoco tiene la resistencia ideal. Se utilizan zapatas más profundas o combinaciones de losa con pilotes cortos.
¿Cuándo se recomienda?
En suelos de relleno, zonas con presencia de agua o para edificaciones medianas.
¿Cómo elegir el tipo de cimentación adecuado?
Elegir correctamente depende de varios factores. Aquí te compartimos los más importantes que debes considerar:
1. Estudio de mecánica de suelos
Es un estudio técnico indispensable que analiza la resistencia, humedad, tipo de suelo y profundidad de capas firmes. No debe omitirse, ya que sobre él se basa todo el diseño estructural.
2. Tipo de construcción
No es lo mismo cimentar una casa que una nave industrial. Las cargas, alturas, materiales y uso del edificio definirán si se requiere una cimentación más robusta o no.
3. Ubicación geográfica y clima
Zonas sísmicas, presencia de agua o pendientes pronunciadas también afectan la decisión. Por ejemplo, en zonas con alta humedad se puede requerir una cimentación más profunda o con tratamiento especial.
4. Presupuesto del proyecto
La cimentación representa una parte importante del presupuesto. Un buen análisis previo puede ayudarte a evitar gastos innecesarios sin comprometer la seguridad.
¿Qué pasa si eliges mal la cimentación?
Un error en la cimentación puede derivar en grietas, hundimientos, filtraciones o incluso colapsos. Además del costo económico de reparar, existe un riesgo real para la seguridad de las personas. Por eso es fundamental hacer las cosas bien desde el principio.
El respaldo de una constructora con experiencia
Contar con un equipo profesional que te asesore desde el inicio hace toda la diferencia. En APORTA Constructora, te acompañamos en todo el proceso: desde el estudio de suelos hasta la construcción de tu proyecto, asegurándonos de que la cimentación elegida sea la más adecuada para tus necesidades, terreno y presupuesto.
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